-No es necesario -repuso-. Para mí siempre serás lo mejor.
-Le dijo el último hombre de la tierra a la última mujer de la tierra en vísperas de su separación-
Mi sonrisa se desvaneció mientras hacía este comentario. En estos tiempos las sonrisas no duraban mucho.
-No nos perderemos el uno al otro -prometió él- porque siempre volveré a encontrarte. No importa lo bien que te escondas. Soy invencible jugando al escondite.
-Por lo menos contarás hasta diez antes de ir a buscarme ¿no?
-Con los ojos tapados.